Maria, Tereza y Pocho hacen tantos años y los recuerdos de los primos no se apagan, apenas quedaron mas lejos; tal vez un poco amarillos como las fotos antiguas, tal vez silenciosos por nuestra complicidad; pero la playa, el recinto los amigos, los bailes del 18, los carruceles; nuestra juventud fue aplaudida y admirada por muchos vecinos y conocidos. Queridos primos, solo Dios sabe si volveremos un dia nos encontrar para charlar de los viejos tiempos.
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