segunda-feira, 14 de fevereiro de 2011

Cayendo en la tentación

Yo estaba igualito que en los años sessenta, cuando haciamos guardia a los pool en el centro de Concepción; perdimos muchas clases con el Prüssing, "camello Adams", el negro Santander, y otros metidos a grande. La única diferencia es que no achunté una bola al hoyito; pués se pasaron unos treinta y cinco años sin jugar, y en la playita caí de nuevo en la tentación.

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